Última actualización: enero 30th, 2022 - 11:54 am
Raymundo o mejor conocido como Mundo Martínez inicio su carrera como beisbolista a los 13 años en San Juan Nuevo León, un poblado del municipio de Cadereyta Jimenez, al haberse preparado y jugado por 4 años seguidos, a los 17 empezó a jugar en la liga naranjera y otoñal de ese entonces.
Entrenó y jugo en ese entonces representando a San Juan como Pícher derecho, el tiempo y la experiencia le dio la oportunidad de entrenar y continuar con el legado.
Viajó a Estados Unidos para trabajar por un tiempo, pero sus aspiraciones seguían aflorando y formó equipos para jugar Beisbol, todos lo conocían y sabían de su talento y capacidad.
Buscó patrocinadores para que apoyaran al equipo para jugar, comidas, pelotas, etc.. Su carrera, amistades y experiencia le permitió traer incluso jugadores de la liga mexicana de beisbol para despues formar equipos ya de regreso en San Juan.
Para poder ingresar a la liga naranjera el costo eran $125.00 pesos “de los de antes”, pero Joaquín González lo invitó sin cobrarle nada. Gracias a esto Mundo pudo formar a muchos beisbolistas entre ellos a Rudy Martínez y Rolando Martínez, sus sobrinos.
Mundo nos narra como en muchas ocasiones jugaron con toda la casta y dieron lo mejor de sí, reconoció que muchos rivales en ese entonces eran muy fuertes, Reynosa, Linares, Ramírez Tamaulipas, y que aquí se topaban.
Pero fueron 12 campeonatos los que ganaron sumando la liga otoñal y la liga naranjera, con el equipo que se había formado ya con muchos años “Los Bronquitos”.
Nos platicó que “Rudy” esta trabajando para llevar muchachos a Estados Unidos y que sean firmados. Es una tarea que ha ayudado a que muchos jóvenes sean beneficiados y cumplan su sueño de jugar profesionalmente en las grandes ligas.
¿Cuál fue la mejor experiencia que ha tenido del beisbol?
“Caigo a cama porque por enfermedad, y estando en el hospital las personas iban a buscarme a preguntar como seguía, querían que siguiera dando instrucciones de como entrenar y llevar a cabo los juegos, las madres de los muchachos iban y rezaban conmigo ahí.”