Última actualización: febrero 3rd, 2023 - 01:14 pm
Vamos a viajar a la región citrícola de Nuevo León; al pie de la Sierra Madre oriental, se localiza el municipio de Allende, circulando por la Carretera Nacional, a tan solo 50 km del área metropolitana de Monterrey, ya sea que venga del sur directo a nuestro estado, o bien, parta de la capital, le vamos a plantear un día completo en este terruño norteño, en el que seguramente querrá disfrutar todo un fin de semana, teniendo como límites naturales el río Ramos, el arroyo Los Nogales y el Nazarillo.
Iniciaremos el día con un copioso desayuno atropellado (carne seca) y unos frijoles con veneno (con asado de puerco) en la cafetería Capri, en donde además podrá comer platillos típicos de la región como los empalmes; después de deleitar el paladar podrá disfrutar de una caminata por el centro de la ciudad, en donde se encuentra la majestuosa plaza principal General Ignacio Zaragoza, aunque curiosamente en ella no hay monumentos a este insurgente, pero sí a Don Benito Juárez; es una plaza muy grande para que los niños jueguen sin peligro alguno y usted descanse en alguna banquita.
Esta plaza guarda una cajita de sorpresas, una cápsula del tiempo que fue creada en el año 2000 y está llena de documentos, objetos y fotografías de la época actual; está determinada para ser abierta en el 2050, siendo el bicentenario del municipio.
Frente a la plaza, y como en casi todas las ciudades, se encuentra la Iglesia del pueblo, en este caso la Parroquia de San Pedro Apóstol, construida en 1949 como una réplica de la Basílica de San Pedro en el Vaticano; esta Iglesia fue construida justo al lado de la primer parroquia de San Pedro, la cual fue edificada en 1880, hoy considerada como edificio histórico y alberga el Museo de antropología e historia, en el que se resguarda una colección de piezas de tipo histórico, arqueológico y artístico, con la que se relata la historia del municipio. El discurso museográfico se sustenta en objetos, documentos, fotografías, anécdotas y testimonios de sus habitantes.
Este es uno de los municipios más visitados por los neoloneses, porque tenemos el privilegio de gozar de unos cenotes al estilo Quintana Roo y a muy pocos minutos de la ciudad, nos referimos a las cristalinas aguas del río Ramos, en donde además de darse un refrescante chapuzón, podrá acampar y pasar una tarde relajante asando carne, o bien dormir bajo las estrellas y disfrutar la fauna de la localidad. Después de haber dado un recorrido por la ciudad, lo invitamos a disfrutar la majestuosa vista desde el mirador de la Santa Cruz, en donde se observa la ciudad de Allende, Nuevo León, en todo su esplendor, pero no se vaya de esta ciudad sin haber probado los taquitos rojos, estos los encuentra en el centro y son famosísimos (y riquísimos) son una masita de carne con papas en tortilla roja dorada y su respetiva salsa y repollito, ¡un manjar!
Así que además de pasear, conocer la historia y disfrutar la naturaleza, su estómago también saldrá premiado en esta zona de la región, con comida muy típica y deliciosa.
Allende, Nuevo León lo espera siempre con los brazos abiertos, la gente es amable y disfrutan del turismo, así que ¿por qué no? quizá este es un buen plan para nos visite el próximo fin de semana.